martes, 30 de octubre de 2012

Txus García.














¡Cuidado!
Las locas venimos en masa
las locas sacamos las uñas y zas
te arañamos la otra mejilla

¡Cuidado!
Las locas las desviadas
cuecas maricas travelas
torcidas feas y extrañas
te pegamos con el bolso
pisoteamos tus valores
te escandalizamos entera

¡Cuidado!
Las locas invadimos
tenemos negocios
somos tus doctoras
maestras y monjas
estamos por todas partes
nos casamos y adoptamos
estropeamos a tus niñas huérfanas

Te vendemos el pan
amasado con manos
de culo de pecado
de sida de noche
Te rozamos en el metro
te pagamos el sueldo
te limpiamos las camisas
te miramos en los baños

¡Cuidado!
Las locas somos todas y estamos cabreadas
las locas te arañamos te pegamos y escupimos
te mostramos nuestros queer-pos te tocamos el falito
te sobamos las ideas rompemos tus esquemas

¡Cuidado!
Que va ser que ahora no tememos a tus perros
a tus porras a tus palabras a tus condenas
o a estar presas
Porque ya hemos estado ahí mucho tiempo
generaciones de exilios condenas cárceles campos
palizas sangre dolor lágrimas travesti de mierda
maricón bollera contranatura vergüenza ajena

¡Cuidado! Las locas contagiamos
te pegamos cualquier cosa te volvemos rarita
sin quererlo

¡Cuidado!
Las locas contagiamos
la fuerza el coraje
las ganas de luchar
y el poder vivir por fin, sin miedo.

martes, 23 de octubre de 2012

Guerrilla Girls.





(Se pueden activar los subtítulos en castellano desde youtube)

El grupo de artistas enmascaradas nació en Nueva York en 1984 y, aunque no siga siendo idéntico a sus inicios y se hable incluso de la existencia de varios, se puede decir que continúa activo y que se ha extendido a otras partes del mundo. Hablan principalmente del sexismo y el racismo dentro del mundo del arte y trabajan sobretodo con carteles y pegatinas. Podéis encontrar todos, o la gran mayoría, en la web que dejé ahí arriba. Su forma de dar un mensaje visual con textos claros y plagados de grandes toques de ironía y provocación permite que sus acciones calen fácilmente en el público. 


Re-inventing the "f" word -feminism!







sábado, 20 de octubre de 2012

Mujeres Públicas.

Mujeres Públicas es un grupo feminista de activismo visual que trabaja colectivamente desde el año 2003. Nuestra propuesta es el abordaje de lo político a partir de la creatividad como alternativa a formas más tradicionales de militancia. Uno de nuestros objetivos es denunciar y hacer visibles situaciones y lugares de opresión que vivimos las mujeres como sujetos sociales a través de la producción y puesta en circulación de herramientas simbólicas. Intentamos, a través de nuestras acciones, denunciar y desnaturalizar prácticas y discursos sexistas que encontramos profundamente arraigados en nuestra cultura. Desde un principio pensamos el espacio público como el lugar más apropiado para desplegar y poner en diálogo lo que producimos. Con la intención de alentar a la reapropiación, elegimos utilizar materiales de bajo costo para hacer afiches, objetos y acciones que pegamos en la calle, repartimos y dejamos en diferentes contextos y creamos esta página Web a través de la cual se puede acceder y bajar la mayor parte de nuestro trabajo. De este modo intentamos producir, también, recepciones dispersas y abiertas en contraposición a la tradicional contemplación artística así como posibilitar múltiples interpretaciones eludiendo el discurso lineal del panfleto político.

http://www.mujerespublicas.com.ar/







viernes, 12 de octubre de 2012

Fake Orgasm.





Trailer.


SINOPSISDocumental creativo sobre los nuevos paradigmas de género e identidad. Lazlo Pearlman es un artista, un prestigiador de los clichés, un activista capaz de dinamitar nuestros prejuicios y dogmas sobre sexo e identidad. Lo que en apariencia es una divertida reflexión sobre las mentiras en nuestra vida sexual se convierte de pronto en un punzante discurso sobre la teoría de género y la permanente construcción de nuestra identidad. Fake Orgasm golpea la mente y obliga un cambio de perspectiva para replantearse algunos conceptos con los que nos han educado y hemos crecido. Habrá que buscar nuevos cajones donde reordenar cosas cómo nuestra virilidad, nuestra libido o nuestra barbie superstar. (FILMAFFINITY)



Película online. (sub. español)

martes, 9 de octubre de 2012

Julie Ruin, Le Tigre y MEN.

Para mover las caderas al ritmo de lxs rebeldes...



Kathleen Hanna, que formó parte de Bikini Kill, seguiría en solitario como Julie Ruin.

I Wanna Know What Love Is.
I don't care how we get it but we'll get it someday.

A Place Called Won't Be.


Posteriormente, formaría Le Tigre con Johanna Fateman y JD Samson.

Seconds.

Viz.


Y, más tarde, de la unión de JD Samson, Michael O'Neill y Ginger Brooks Takahashi ( reemplazada por Tami Hart) nacería MEN. El grupo cuenta con la colaboración de Johanna Fateman y Emily Roysdon como escritoras, consultoras y productoras.

Who Am I To Feel So Free.

Make Him Pay.

lunes, 8 de octubre de 2012

Queer: historia de una palabra.


Artículo de Beatriz Preciado para la revista Parole de Queer nº1.

Para aquellos que crecimos siendo niñas tortilleras en los años inmediatamente posteriores al franquismo es difícil acostumbrarse al éxito del artefacto ““queer”” y a su transformación en  “chic cultural”. Quizás convenga recordar que detrás de cada palabra hay una historia, como detrás de cada historia hay una batalla por fijar o hacer mudar las palabras. A todo aquel que afirme una identidad sexual Mia le cantará al oido: parole, parole, parole…
Hubo un tiempo en el que la palabra “queer” sólo era un insulto. En lengua inglesa, desde su aparición en el siglo XVIII, “queer” servía para nombrar a aquel o aquello que por su condición de inútil, mal hecho, falso o excéntrico ponía en cuestión el buen funcionamiento del juego social. Eran “queer” el tramposo, el ladrón, el borracho, la oveja negra y la manzana podrida pero también todo aquel que por su peculiaridad o por su extrañeza no pudiera ser inmediatamente reconocido como hombre o mujer. La palabra “queer” no parecía tanto definir una cualidad del objeto al que se refería, como indicar la incapacidad del sujeto que habla de encontrar una categoría en el ámbito de la representación que se ajuste a la complejidad de lo que pretende definir. Por tanto, desde el principio, “queer” es más bien la huella de un fallo en la representación lingüística que un simple adjetivo. Ni esto, ni aquello, ni chicha ni limoná...”queer”. Lo que de algún modo equivale a decir: aquello que llamo “queer” supone un problema para mi sistema de representación, resulta una perturbación, una vibración extraña en mi campo de visibilidad que debe ser marcada con la injuria.
Era necesario desconfiar del “queer” como se desconfía de un cuerpo que por su mera presencia desdibuja las fronteras entre las categorías previamente dividas por la racionalidad y el decoro. En la sociedad victoriana que defendía el valor de la heterosexualidad como eje de la familia burguesa y base de la reproducción de la nación y de la especie, “queer” servía para nombrar también a aquellos cuerpos que escapaban a la institución heterosexual y a sus normas. La amenaza venía en este caso de aquellos cuerpos que por sus formas de relación y producción de placer ponían en cuestión las diferencias entre lo masculino y lo femenino, pero también entre lo orgánico y lo inorgánico, lo animal y lo humano. Eran “queer” los invertidos, el maricón y la lesbiana, el travesti, el fetichista, el sadomasoquista y el zoófilo. El insulto “queer” no tenía un contenido específico: pretendía reunir todas las señas de lo abyecto. Pero la palabra servía en realidad para trazar un límite al horizonte democrático: aquel que llamaba a otro “queer” se situaba a sí mismo sentado confortablemente en un sofá imaginario de la esfera pública en tranquilo intercambio comunicativo con sus iguales heterosexuales mientras expulsaba al “queer” más allá de los confines de lo humano. Desplazado por la injuria fuera del espacio social, el “queer” estaba condenado al secreto y a la vergüenza.
Pero la historia política de una injuria es también la historia cambiante de sus usos, de sus usarios y de los contextos de habla. Si atendemos a ese tráfico lingüístico podemos decir que al lenguaje dominante le ha salido el tiro por la culata: en algo menos de dos siglos la palabra “queer” ha cambiado radicalmente de uso, de usuario y de contexto. Hubo que esperar hasta mediados de los años ochenta del pasado siglo para que, empujados por la crisis del Sida, un conjunto de microgrupos decidieran reapropiarse de la injuria “queer” para hacer de ella un lugar de acción política y de resistencia a la normalización. Los activistas de grupos como Act Up (de lucha contra el SIDA), Radical Furies o Lesbian Avangers decidieron retorcerle el cuello a la injuria “queer” y transformarla en un programa de crítica social y de intervención cultural. Lo que había cambiado era el sujeto de la enunciación: ya no era el señorito hetero el que llamaba al otro “maricón”; ahora el marica, la bollera y el trans se autodenominaban “queer” anunciando una ruptura intencional con la norma. La intuición estaba presente desde las revueltas homosexuales de los 70. Guy Hocquenghem, por ejemplo, había desenmascarado ya el carácter histórico y construido de la homosexualidad: “La sociedad capitalista fabrica al homosexual como produce lo proletario, suscitando en cada momento su propio límite. La homosexualidad es una fabricación del mundo normal”. Ya no se trataba de pedir tolerancia y hacer perfil bajo para poder acceder a las instituciones heterosexuales del matrimonio y la familia, sino de afirmar el carácter político (por no decir policial) de las nociones de homosexualidad y heterosexualidad poniendo en cuestión su validez para delimitar el campo de lo social.  En esta segunda vuelta, la palabra “queer” ha dejado de ser una injuria para pasar a ser un signo de resistencia a la normalización, ha dejado de ser un instrumento de represión social para convertirse en un índice revolucionario.
 El movimiento “queer” es post-homosexual y post-gay. Ya no se define con respecto a la noción médica de homosexualidad, pero tampoco se conforma con la reducción de la identidad gay a un estilo de vida asequible dentro de la sociedad de consumo neoliberal. Se trata por tanto de un movimiento post-identitario: “queer” no es una identidad más en el folklore multicultural, sino una posición de crítica atenta a los procesos de exclusión y de marginalización que genera toda ficción identitaria. El movimiento “queer” no es un movimiento de homosexuales ni de gays, sino de disidentes de género y sexuales que resisten frente a las normas que impone la sociedad heterosexual dominante, atento también a los procesos de normalización y de exclusión internos a la cultura gay: marginalización de las bolleras, de los cuerpos transexuales y transgénero, de los inmigrantes, de los trabajadores y trabajadoras sexuales…
Porque para retorcer el cuello a la injuria es necesario algo más que haber sido objeto de ella. El blabla de un marica conservador no es más “queer” que el blabla de un hetero conservador. Sorry. Ser marica no basta para ser “queer”: es necesario someter su propia identidad a crítica. Cuando se habla de teoría “queer” para referirse a los textos de Judith Butler, Teresa de Lauretis, Eve K. Sedgwick o Michael Warner se habla de un proyecto crítico heredero de la tradición feminista y anticolonial que tiene por objetivo el análisis y la deconstrucción de los procesos históricos y culturales que nos han conducido a la invención del cuerpo blanco heterosexual como ficción dominante en Occidente y a la exclusión de las diferencias fuera del ámbito de la representación política.
 Quizás la clave del éxito de lo ““queer”” frente a la dificultad de publicar o de producir discursos o representaciones que provengan de la cultura marica, bollera, transexual, anticolonial, postporno y del trabajo sexual resida desgraciadamente en su desconexión en castellano con los contextos de opresión política a los que la palabra “queer” se refiere en inglés. Si tenemos en cuenta que la eficacia política del término “queer” proviene precisamente de ser la reapropiación de una injuria y de su uso disidente frente al lenguaje dominante habrá que aceptar que ese desplazamiento no se opera cuando la palabra “queer”, desprovista de memoria histórica en castellano, català o valencià, se introduce en estas lenguas. Escapamos entonces al brutal movimiento de descontextualización, pero nos privamos también de la fuerza política de ese gesto. Eso explica quizás que muchos de los nuevos adeptos que quieren identificarse como ““queer”” - como quieren estar en la red de amigos de Manu Chao o adquirir el último e-book - no estarían dispuestos tan ágilmente a ser identificados como “transexuales”,  “sadomasoquistas”, “tarados” o “bolleras”. Será necesario en cada caso redefinir los contextos de uso, modificar los usuarios y sobre todo movilizar los lenguajes políticos que nos han construido como abyectos…de otro modo, la teoría “queer” será simplemente parole, parole, parole…



sábado, 6 de octubre de 2012

Riot Grrrl.






Revolution Grrrl Style Now!

Si no tenían un hueco iban a hacérselo ellas mismas, por ovarios. 1990, EEUU, las jóvenes comienzan a hacer grupos musicales femeninos, conquistan los escenarios y abandonan la eterna figura de grupie. Organizan festivales, crean fanzines. Todo al más puro estilo DIY (hazlo tú mismo) y con mucho trabajo en equipo. No estaban dispuestas a quedarse calladas ante el sucio panorama que les rodeaba, una derecha que estaba resurgiendo y el enturbiamiento del término "feminismo". Querían tener el control de sí, vivir su propio papel. Nacen las riot grrrls.

Uno de los grupos que más sobresalen son las Bikini Kill. Además de su música, crean un fanzine de igual nombre. En el Bikini Kill Zine #2, en 1991, se publicó el "Manifiesto Riot Grrrl". Podéis encontrarlo traducido en esta web.


-BECAUSE us girls crave records and books and fanzines that speak to US that WE feel included in and can understand in our own ways.
-BECAUSE we wanna make it easier for girls to see/hear each other's work so that we can share strategies and criticize-applaud each other.
-BECAUSE we must take over the means of production in order to create our own moanings.
-BECAUSE viewing our work as being connected to our girlfriends-politics-real lives is essential if we are gonna figure out how we are doing impacts, reflects, perpetuates, or DISRUPTS the status quo.
-BECAUSE we recognize fantasies of Instant Macho Gun Revolution as impractical lies meant to keep us simply dreaming instead of becoming our dreams AND THUS seek to create revolution in our own lives every single day by envisioning and creating alternatives to the bullshit christian capitalist way of doing things.
-BECAUSE we want and need to encourage and be encouraged in the face of all our own insecurities, in the face of beergutboyrock that tells us we can't play our instruments, in the face of "authorities" who say our bands/zines/etc are the worst in the US and
-BECAUSE we don't wanna assimilate to someone else's (boy) standards of what is or isn't.
-BECAUSE we are unwilling to falter under claims that we are reactionary "reverse sexists" AND NOT THE TRUEPUNKROCKSOULCRUSADERS THAT WE KNOW we really are.
-BECAUSE we know that life is much more than physical survival and are patently aware that the punk rock "you can do anything" idea is crucial to the coming angry grrrl rock revolution which seeks to save the psychic and cultural lives of girls and women everywhere, according to their own terms, not ours.
-BECAUSE we are interested in creating non-heirarchical ways of being AND making music, friends, and scenes based on communication + understanding, instead of competition + good/bad categorizations.
-BECAUSE doing/reading/seeing/hearing cool things that validate and challenge us can help us gain the strength and sense of community that we need in order to figure out how bullshit like racism, able-bodieism, ageism, speciesism, classism, thinism, sexism, anti-semitism and heterosexism figures in our own lives.
-BECAUSE we see fostering and supporting girl scenes and girl artists of all kinds as integral to this process.
-BECAUSE we hate capitalism in all its forms and see our main goal as sharing information and staying alive, instead of making profits of being cool according to traditional standards.
-BECAUSE we are angry at a society that tells us Girl = Dumb, Girl = Bad, Girl = Weak.
-BECAUSE we are unwilling to let our real and valid anger be diffused and/or turned against us via the internalization of sexism as witnessed in girl/girl jealousism and self defeating girltype behaviors.
-BECAUSE I believe with my wholeheartmindbody that girls constitute a revolutionary soul force that can, and will change the world for real.


Se toma como nacimiento de este movimiento el International Underground Pop Convention celebrado en 1991 en Olympia. En este evento se celebró el Girl Day en el que sólo tocaron grupos femeninos. Además de los ya mencionados Bikini Kill, esa noche estuvieron sobre el escenario L7, 7 year bitch, Bratmobile, Tiger trap y The slits.

Las letras de estos grupos llamaban a la liberación femenina, más allá del ámbito musical. Hablaban de sexismo, abusos sexuales o el prototipo tradicional de mujer. La música fue el arma más ruidosa y eficaz para la difusión de todas sus ideas






Bikini Kill - Rebel Girl

L7 - Fast and frightening


Bratmobile - Live 1993

Tiger Trap - Live 1993