lunes, 20 de agosto de 2012

Emma Goldman.




A los osados pertenece el futuro. Cuando no podemos soñar más, morimos. 


Emma Goldman nace en Lituania, 1869. A sus 15 años emigra a Estados Unidos tras pelearse con su padre debido al rechazo de un matrimonio concertado. Es en este país en donde Emma Goldman se convertirá en anarquista y, como consecuencia de su activismo y actividad como conferenciante, en enemigo público número uno sin cometer otro delito que no fuese usar la razón y la palabra.  
Lo cierto es que sus palabras eran pura dinamita. Entre tantas acusaciones, en una ocasión se la culpó de participar en la muerte del presidente William McKinley a manos de León Czolgosz porque este dijo que se vio incitado a ello tras escuchar una de las charlas de la anarquista. Las palabras que Emma Goldman dedicó a este hecho fueron "¿Tengo yo la culpa de que un loco haga una mala interpretación de mis palabras?".

En este caso se libró de la prisión, pero la visitó varias veces a lo largo de su vida. Ninguna de estas detenciones mermaron su empeño y al salir de la cárcel regresaba siempre a su activismo. Un hecho que produjo un cambio en sus ideas fue su deportación a la URSS en 1919. Había defendido al régimen soviético en su fase inicial, pero al ver el panorama que siguió a la Revolución criticó fuertemente la política bolchevique. Abandonó este país y se instaló en otros, terminando su vida en Toronto en 1940.

Dedicó toda su vida a defender sus ideales, a expandirlos por todo lugar en que le fuese posible. Entre los temas que trataba en sus charlas encontramos, por ejemplo, la autonomía de la mujer sobre su cuerpo, la libre sexualidad, la contracepción, la libre expresión y, además, fue la primera mujer que luchó contra el reclutamiento obligatorio. También creó una revista anarquista mensual, llamada Mother Earth, y realizó varios libros y escritos.

A cuento de esto venía hablar de Emma Goldman, concretamente porque me topé con un texto suyo sobre el matrimonio, el amor libre y lo que les rodea. Relación entre Estado, Iglesia y matrimonio, la condena de la vida sexual de la mujer fuera de éste, la maternidad, la protección, la dependencia, la mujer en el ámbito laboral...


Ea, ahí lo dejo.




"¿Quién va a luchar en las guerras? ¿Quién va a generar riquezas? ¿Quién va a hacer de policía, de carcelero, si las mujeres se negaran a criar hijas en forma indiscriminada? ¡La estirpe, la estirpe! grita el rey, el presidente, el capitalista, el cura. La estirpe debe ser preservada, aunque la mujer se vea degradada a la condición de mera máquina…. Y la institución matrimonial es nuestra única válvula de seguridad ante el despertar sexual de la mujer." 

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